La propietaria y su familia vivían en un departamento de la ciudad de Buenos Aires, y decidieron trasladar su vida a un espacio enmarcado por un barrio cerrado. Con la premisa de mantener la concepcion ladrillera y de muros blancos de las casas linderas se generó el exterior. Y con la concepción de seguir con la estética de un muy sofisticado interior proveniente de su antiguo departamento se trabajaron todos y cada uno de los espacios internos con el eje centrado en un INTERIORISMO definido por el estilo de objetos y de vivencias en viajes realizados por su sofisticada propietaria.